miércoles, 8 de diciembre de 2010

Mientras el destino espera.



Los novillos cruzan la última puerta que les separa de la dehesa antes de ser embarcados. Ya no hay marcha atrás, llegó el día. Se aproxima el destino, ese destino por el cual fueron criados y al cual le deben su existencia.



Son momentos delicados. Los serios utreros andan pendientes de cualquier movimiento, cualquier amenaza. Por momentos la tensión aflora y aparece el enfrentamiento, la pelea. Afortunadamente el buen hacer del ganadero y mayoral evita males mayores.



La calma regresa a Vistahermosa. Despacio y en silencio se procederá a embarcar, faena repetida en numerosas ocasiones a lo largo de la temporada. Astifinos pitones apuntan al cielo de Luesia, cuajados morrillos son síntomas inequívocos de remate. Tres años y algunos meses esperando destino, ...ahora el destino los espera a ellos.